Centro Independiente de Informacion Nacional

viernes, 16 de octubre de 2009

Los Mitos de Calderón

Esos Son los que Chingan la Nación



Por Erandi Villavicencio



Los Mitos de Calderón



En la última semana de septiembre un minero de Charcas, San Luis Potosí, murió por que cayó sobre él un tambo de 200 litros de aceite y los dueños de la minera, el Grupo México, se silenciaron de la misma manera que callaron ante los 65 trabajadores aplastados por la mina de Pasta de conchos. Como pueblo mexicano hemos acumulado derrota tras derrota. Toda la denigración en los trabajos y empleos resulta de la competencia de todos los pobres contra todos los pobres, y de todos los ricos contra todos los pobres. El IMSS, gobernado por Karam como secretario de salud, se queja de que los propietarios de miles de negocios que no pagan lo requerido para dar a todos los asegurados la atención en salud. Y es cierto que muchos son los trabajadores y pocos los asegurados en su salud. En todo caso, Karam utiliza eso de pretexto para anunciar que en el 2010 utilizará 14 millones de pesos de las jubilaciones para “subsanar” los vacíos fiscales.



En un país donde las condiciones son de crisis para el pueblo y de paraíso para las élites, la explotación de los trabajadores se exagera. Los dueños y empresarios desarticulan la comunicación entre los proletarios y suben sutilmente la jornada de trabajo. Se obliga a producir más, y al mismo tiempo mantienen los salarios miserables. Mientras tanto “el jefe del gobierno Fe Cal” anuncia que las grandes restricciones al presupuesto nacional se deben: a la reducción de ingresos por petróleo y a la “crisis económica”. Dos aspectos falsos, dos caricaturas de nuestra economía. Si bien, se ha reducido la cantidad de barriles vendidos en los últimos años, el precio ha subido a 73 dólares por barril, un incremento de 38% en los últimos 10 años, además de que en un futuro México tiene grandes reservas por explotar. Lo que no quieren es cobrar impuestos ni invertir en donde se debe (en la producción y no en la venta) por la corrupción que ahí existe.



La intención política de Calderón es hacer creer que “el pueblo” es la víctima principal de la nacionalización de los recursos: “los que tienen que pagar el costo de la ineficiencia de las industrias nacionales”. En todo caso no es la nacionalización la que determina los precios en el mercado, pero si depende de la eficiencia de la política económica la que determina el nivel de productividad en un país. La política económica de FeCal es la del proteccionismo y subsidio a las grandes transnacionales, venta de las industrias nacionales y la de control y represión social a las masas sociales, trabajadores y pequeños comerciantes.



Mientras Calderón hace comparaciones sobre el desempleo en España, Estados Unidos y México, para defenderse entre las estadísticas y decir: “no estamos tan mal”; se puede comparar la estructura general de nuestra historia salarial, pero por falta de espacio sólo comparemos que en el presente año 2009 mientras en España el salario mínimo al mes es de 1,384 Euros ($12,988) al mes, en México es de$1,196. También se puede comparar que mientras a un trabajador en Estados Unidos se le paga más o menos el 60% por el producto que produce, en México con las condiciones laborales se le paga sólo el 20% del producto que produce, esto debido al nivel de productividad del país (escaso) que hace incrementar o reducir el salario, pero también hay que recordar todas las maquilas y contratistas que pagan a destajo, sin prestaciones, temporalmente y sin pagar impuestos en todo México y que hacen que el porcentaje ganado sea mínimo.



El mito de la crisis



El mito de los tiempos de crisis es sólo para los pobres porque para los grandes empresarios es un paraíso, dice Chomsky. Si bien es cierto que todos debemos trabajar para producir riqueza, el Estado tiene la obligación de crear condiciones para que sus pobladores florezcan en su realización productiva, sin embargo, se está encargando de desarticular toda la defensa en contra de la privatización de los recursos naturales y hacer de los mexicanos aún más esclavos del capital extranjero.



En el 2005, 47% de las familias son registradas como en estado de pobreza vivienda, vestido, calzado, transporte y salud. En el 2009, 20 millones de personas sufren de pobreza alimentaria, educativa y de salud, es decir 6 millones de familias. De hecho baste recordar que por pobreza ya son 10 millones de mexicanos emigrados a Estados Unidos.



Los problemas como la delincuencia organizada no son abordados por el gobierno de Calderón como un problema social, es decir, como efecto de la pobreza. Lo plantea como un problema político y utilizará al ejército declarando “la guerra”.



Desafortunadamente, tampoco lo ve como un problema económico y no investigan, ni los warriors antidrogas mexicanos ni gringos, los 250 millones de dólares que pasan al año por todos los bancos norteamericanos provenientes del narco (OCDE,2008).



Destinar fondos a los servicios públicos para la educación económica en comunidad, a la organización popular serían formas en que se alimentaría la defensa del principal recurso mexicano: la fuerza humana. Limitar la influencia cultural de los monopolios televisivos y abrir paso a la expresión nacional sería nuestra defensa contra la dominación ideológica.



Abajo manipulan con el miedo: la influenza, la crisis, el futbol, eso todos lo sabemos, pero debemos reafirmarlo y afirmar nuestra verdad: no queremos dormir más, queremos gobernarnos a nosotros mismos. El respaldo que ahora las organizaciones sociales y populares dan al Sindicato Mexicano de Electricistas se debe a sus acciones críticas contra el mito de FeCal cuando vocifera que la crisis proviene del exterior y no de las malas decisiones del gobierno dependiente del capital principalmente gringo.



En México, en la mayoría de los hospitales, oficinas, centros de servicio, bibliotecas, escuelas, mercados se trata a los usuarios con la punta del pie. Muchos no aman su trabajo. El trabajo no es un motivo de complacencia sino de martirio porque es un trabajo explotado. Esa es la conciencia de oprimido que el Estado ha encargado de instaurar. No se brinda seguridad social, no permiten la educación de los obreros, se les trata mal y aplican la política de hacer gendarmes a nuestra propia prole. El compañerismo se disuelve en México, pero también se exhiben impunemente las violaciones a los derechos sociales. Esos mitos son los que chingan la nación.

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