Centro Independiente de Informacion Nacional

lunes, 14 de abril de 2008

EL MAPA DEL DESPERTAR ANARQUISTA: SU EXPRESIÓN LATINOAMERICANA LISTADO DE NUCLEAMIENTOS, PRESENCIAS Y ACTIVIDADES ANARQUISTAS.

A Sergio Terenzi (Urubú) de Argentina, a Claudia López Benaiges de Chile, a Nicolás Neira de Colombia, a los muchachos presos ayer en Guadalajara y hoy en Oaxaca y a aquella sangre joven todavía en grado de ebullición sobre la cual se edifica el movimiento anarquista latinoamericano de nuestros días y de los días por venir. Y a Bradley Will, por supuesto, porque "anarchy" quiere decir "anarquía" y "libertad" también puede pronunciarse "freedom".


 

Un objetivo, un deseo o quizás un anhelo básico, apremiante, de urgida palpitación y que tiende a volverse obsesivo, ha animado la confección del listado y de las reflexiones que aquí se presentarán: ofrecer el sustrato informativo y conceptual mínimo e imprescindible para el establecimiento de redes de relación libertarias en América Latina; una tarea que, en algún futuro impreciso y sin embargo preferiblemente próximo nos gustaría extender a aquellos países del continente cuyas lenguas oficiales o extra-oficiales no son de origen latino, pero cuentan en cambio con una proximidad geográfica que los vuelve tentadores compañeros de ruta. Si bien no podremos extendernos demasiado aquí sobre el punto cabe decir, a modo de aperitivo, que esa promesa, esa posibilidad, ese anuncio de redes anarquistas latinoamericanas sería, en su eventual materializació n, algo así como la expresión contemporánea de lo que en sus respectivos momentos fueran la Asociación Continental Americana de Trabajadores (ACAT/AIT) y la Comisión Continental de Relaciones Anarquistas (CCRA); realizaciones regionales, una y otra, de las dos configuraciones básicas de organización y acción que el anarquismo, en tanto movimiento de raigambre histórica, ha presentado hasta el momento: el anarcosindicalismo y el "especificismo" . Estamos ahora frente a un tiempo nuevo y ya considerablemente lejano de los escenarios históricos que dieron lugar y justificación a esas concreciones orgánicas: un tiempo que no parece recomendar la repetición textual de nuestros viejos diagramas o modelos de organización y acción sino que exige de nosotros un enorme esfuerzo de re-elaboració n en el campo de la teoría y de la práctica. Un tiempo también en el que, afortunadamente y sin ningún lugar a dudas, nos vemos colocados ante un nuevo despertar de las tensiones, inquietudes y algaradas libertarias al que América Latina no ha sido ajena; y que, por esa misma razón, se nos presenta como especialmente propicio para afrontar nuestras asignaturas pendientes, nuestras materias sin rendir y nuestras tareas postergadas. Y ubicarlas, por cierto, en el contexto que ahora les corresponde sin confusión posible. Este listado, entonces, puede y debe ser leído e interpretado como el mapa regional, seguramente incompleto, tentativo y algo más que provisorio, de ese despertar; y también como la guía actualmente disponible de aquellas referencias básicas a través de las cuales esa exigencia de renovación y puesta a punto busca los soportes de carne y hueso, individuales y colectivos, que le den respuesta y satisfacción.


 

Digámoslo nuevamente; ahora desde un punto de vista complementario. En Los sediciosos despertares de la anarquía nos manejamos con una convicción básica: el anarquismo como propuesta revolucionaria radical experimenta un resurgimiento fuerte que fue incubándose de diferentes modos a lo largo de la década de los 90 y que "oficializa" ese espontáneo e inesperado auge, a los ojos del mundo y del propio movimiento que lo encarna, fundamentalmente a partir de las grandes movilizaciones de Seattle, a fines de 1999 y en ocasión de la reunión de la Organización Mundial de Comercio; algo que tal vez encuentre su equivalencia latinoamericana en el entrañable grito de "¡que se vayan todos!" que distinguió al levantamiento popular argentino de diciembre de 2001. Sin embargo, la percepción de este nuevo repunte, de este sedicioso despertar, no debería agotarse en su mera constatación triunfalista sino que reclama distinguir y destacar algunos elementos que es necesario atender.


 

En primer lugar, este resurgimiento dista de ser homogéneo y no se presenta con la misma fuerza ni los mismos rasgos en las distintas regiones del mundo; el fenómeno no se expresa de idéntica forma en Europa continental, en los países anglosajones, en América Latina o en Africa y Asia -lugares, estos dos últimos, donde parece, por razones casi obvias, ser considerablemente más débil o presentar, en algún país, el carácter de novedad histórica absoluta. En segundo término, nuestro despertar se manifiesta a través de múltiples ejes y no todos los agrupamientos surgen y evolucionan a partir de entendimientos comunes sino que, antes bien, parecen adoptar siluetas diversas luego de haber afirmado su lejano origen compartido. Por último, la propia configuración de este nuevo florecimiento está planteando implícitamente una ardua labor de comprensión y acercamiento que permita re-elaborar el sustento teórico-ideoló gico que lo justifica y que, a su vez, habilite darle al mismo desarrollo y profundidad. El establecimiento de un denso tejido conectivo, de múltiples redes provisorias, superpuestas y de prioridades intercambiables, que potencien y amplifiquen nuestras posibilidades, que liberen las capacidades de diálogo y entendimiento, que abran espacios de actuación conjunta, parece ser la herramienta más apropiada a nuestro escenario histórico. El objetivo de este trabajo, entonces, será también producir una primera o segunda aproximación a las condiciones materiales de esa posibilidad, de esa necesidad y de esa urgencia, ciñéndonos estrictamente a los mensajes que ya es factible descifrar en el espacio latinoamericano.


 

En tanto ésa es la idea básica, nos hemos permitido aprovecharnos, a nuestro modo y según nuestras propias intenciones, de un esfuerzo, de unos años de indagación empírica y de unos resultados que no nos pertenecen y que son un mérito exclusivo de los compañeros venezolanos de la Comisión de Relaciones Anarquistas (CRA); especialmente de Nelson Méndez y Alfredo Vallota, que ya ofrecieran valiosos anticipos parciales en la misma dirección contenidos en las sucesivas versiones de su Bitácora de la Utopía, en la posterior lista de Enlaces web anarquistas y afines en castellano emprendida por Méndez en solitario y de cuya persistencia y reorientación surgió luego un fermental directorio anarquista latinoamericano constituído ahora en material de referencia imprescindible sobre el tópico. Más allá del presente trabajo, dicho directorio sigue y seguirá siendo, por supuesto, una herramienta insustituible para cualquiera que pretenda dedicarse con los fines que sea a investigar la presencia anarquista en lenguas castellana y portuguesa. De nuestra parte, hemos hecho ciertas supresiones y también ciertos agregados; pero, sobre todo, lo hemos ordenado y adecuado a nuestros propios propósitos de reflexión.


 

El directorio original de la CRA -en su versión de enero de 2005, que es la que nosotros habremos de manejar- consta de un minucioso listado de direcciones referidas al anarquismo latinoamericano; localizadas en los países correspondientes pero también en Estados Unidos, Canadá, España, Francia, Reino Unido y Alemania; y, finalmente, compuesto por todos aquellos nucleamientos que voluntariamente resolvieron integrarlo. Cuando decimos que la confección de dicha lista es un "mérito exclusivo" de los compañeros venezolanos, no se nos escapa que seguramente los mismos recibieron múltiples respaldos informativos a su esfuerzo de recopilación, pero ello no puede ir en desmedro de una tarea y de unos logros monumentales que -hasta donde llega nuestro conocimiento- no cuentan con antecedentes de ese porte ni equivalentes en otros ámbitos lingüístico-territori ales. Pero, a nuestros efectos, no podemos menos que distorsionarla en grado extremo y acomodarla a fines que seguramente son coincidentes pero que adoptan otro formato de presentación.


 

Siendo así, las amputaciones sufridas por el directorio original han sido drásticas y caudalosas. Por lo pronto, evitando sobrecargar innecesariamente el texto, no manejaremos aquí las direcciones electrónicas y/o convencionales sino que nos interesará dejar constancia de las presencias en sí, al tiempo que suprimimos todas las referencias localizadas fuera del espacio territorial latinoamericano; aun cuando el castellano o el portugués fueran su lengua fundamental y originarios de estas tierras sean sus autores o sus temáticas. Por añadidura, y ahora no por razones territoriales, hemos purgado ocasionalmente la lista también de buena parte de aquellas referencias -verificables en el listado original a través de las correspondientes páginas web y direcciones electrónicas- que pueden ser entendidas como afines o familiares a nuestras posiciones pero que no participan enteramente de ellas. Esa "exclusión", obviamente, no está alentada por el sectarismo ni por el cultivo de una ortodoxia estricta en la que no creemos. En su lugar, en tanto entendemos que el manejo de nuestra propia lista debería orientarse a un intercambio más estrecho y más acotado y, eventualmente, a la producción de algún tipo de consecuencia organizativa específicamente anarquista, parece preferible que tales cosas queden reservadas -al menos inicialmente- a círculos de mayor intimidad y de acuerdo a los trazados más definidos que cada cual quiera darles. Otros cambios operados en nuestra lista con respecto a la original de la CRA han consistido en dar de baja también a aquellas referencias cuyas direcciones hemos constatado no se mantienen, ya sea por cambios en los servidores utilizados ya por la mera desaparición de esa presencia particular. Nada de ello debería ser extraño si sabemos que tenemos frente nuestro un atlas de los anarquistas y que, por lo tanto, no habrá de parecerse a una inmutable cartografía de ríos y montañas: en nuestros mapas, los cursos de agua estarán siempre buscando los lechos que les resulten más apropiados y las elevaciones pueden transformarse en eruptivos volcanes que cambian su propio aspecto e incendian su alrededor. Debe quedar claro, no obstante, que nuestra intención no es ni cuenta con los medios para ser competitiva con el directorio de la CRA y que el trabajo de los compañeros venezolanos seguirá siendo holgadamente una cuidada labor de orfebres y de pioneros de la que todos pudimos servirnos y seguiremos haciéndolo.


 

Entonces, lo que hemos manejado es un criterio de incorporación "compulsiva" a nuestro listado de forma que ahora pueda considerarse también a aquellos que por decisión o por omisión no se encuentran incluidos en el directorio de la CRA; razón por la cual las amputaciones mencionadas serán provechosamente compensadas con un importante caudal de agrupaciones. Ese trabajo empírico de localización de nuestra parte hubiera querido contar con la paciencia y los conocimientos de que sí dispone la CRA para aportar referencias imprescindibles, como sin duda lo son las procedentes de Haití, de las Guayanas o de los países caribeños de lengua inglesa, de las que aquí no intentaremos hacer ni siquiera una muy pálida reseña; unas ausencias que, momentáneamente, ni disimularemos ni dejaremos de lamentar. Esta mención, que ya se ubica decididamente fuera del campo de las lenguas latinas, puede ser especialmente útil para recordar, reformular y reafirmar el quimérico objetivo del presente listado: el planteo de una guía básica de referencias para la construcción de redes anarquistas en esta región del mundo.


 

En el contexto de trabajo que nos hemos definido, entonces, cabe decir también que el tendido de redes se plantea en diferentes planos; planos que se superponen y se imbrican entre sí. Los criterios de presentación del listado, por lo tanto, deberían ser múltiples y hemos intentado conducirnos según ese principio. Sin embargo, la tarea de presentar tantos listados como dimensiones imaginables haya nos resulta abrumadora y, por ello, hemos elegido tres ejes que, sin ser los únicos, seguramente revistan entre los más importantes. El primer eje se explica por sí mismo y sólo intenta reunir las distintas referencias según el país que las acoge; el segundo podría concebirse como el que se corresponde con el perfil, el formato o el porte organizativo en presencia; y el tercero, mientras tanto, será una muy incompleta aproximación a las eventuales afinidades de concepción o temáticas que actualmente pueden rastrearse. Tales cosas permitirán tener -así lo esperamos- una idea panorámica sobre la situación del movimiento anarquista en América Latina y su desarrollo presente desde diferentes ángulos de observación. Al mismo tiempo, esta triple presentación pretende insinuar también, subrepticiamente y no tanto, un supuesto que mucho nos gustaría acaudalar y es el de que no sólo puede formarse una red latinoamericana sino tantas como sean necesarias y según criterios superpuestos cuyas discriminació n y prioridad respondan a diferentes cálculos de oportunidad, de posibilidad y de deseo; algo que, en los hechos, ya ha comenzado a insinuarse de ese modo. Pero, pasemos de una buena vez a cada una de esas clasificaciones y dejemos la aclaración de los criterios sucesivos y complementarios a los momentos en que ello resulte específicamente oportuno.


 


 

1.- El despertar anarquista: país por país


 

Los problemas clasificatorios con los que luego habremos de enfrentarnos no hacen aquí acto de presencia ni generan las desavenencias que más tarde tendremos que discutir. El primer criterio clasificatorio es largamente obvio y sólo nos exige presentar el mapa libertario latinoamericano según el país en que desarrolla predominantemente su actuación cada uno de los nucleamientos. En la medida en que los problemas clasificatorios han sido considerablemente menores, el listado podrá asistir en este mismo instante a un ensanchamiento que luego no podremos mantener. Inmediatamente tendremos frente nuestro bastante más de 300 presencias o espacios de actividad libertarios efectivamente registrados, por distintas vías, en el sub-continente en el que nos ha tocado vivir. Como ya se ha dicho -y tal cual ahora se habrá de insistir- este listado no puede dejar de ser un dibujo imperfecto, parcial y severamente incompleto. Ello es así por cuanto nada nos permitirá suponer, ni siquiera ahora en que las dudas clasificatorias todavía no nos atormentan, que estamos siendo enteramente justos con la floración real de nucleamientos anarquistas que tiene lugar en la región latinoamericana. No obstante, tendremos sí la posibilidad de aquilatar, aproximadamente y país por país, el grado y el ritmo en que se desarrolla este nuevo y sedicioso despertar de la anarquía; apreciar, además, las diversidades, los rasgos y las eventuales prevalencias de organización y acción que puedan estar planteándose en diversos rincones de América Latina; anticipar, quizás, los problemas, las necesidades y los desarrollos virtuales que plantea cada situación particular; soñar, también, con el trazado de caminos, de itinerarios, de recorridos que vayan y vengan para volver a reunirse y dirigirse hacia un horizonte común.


 

1.1.- Argentina


 

Argentina es, sin duda, el mejor espejo de los derroteros seguidos, en líneas generales, por el movimiento anarquista en tierras latinoamericanas. Éste fue el país del continente en que se desarrolló la más vigorosa de sus federaciones anarco-sindicalista s ; y también, con posterioridad, a la hora de la declinación del modelo anterior, una organización específica de alcance nacional que se constituyó en referencia cierta para los movimientos de los países vecinos: la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) y la Federación Anarco Comunista Argentina (FACA), respectivamente. , Siguiendo devenires y ritmos que fueron propios del movimiento anarquista internacional y comunes a casi todas sus expresiones locales, el anarquismo argentino también comenzó a perder posiciones gradualmente a partir de la revolución rusa; con divisiones primero y un retroceso después que luego sería reforzado en su caso por el populismo peronista, que acabó por sustituirlo en el movimiento obrero y pareció redondear así el camino de su extinción. El sindicalismo programático y maximalista de la FORA es puesto en cuestión desde dentro de la organización misma y acaba abriendo espacios para la constitución de la Unión Sindical Argentina, que ya basa su afiliación en la pertenencia de clase y en un perfil más definidamente reivindicativo que ideológico. Claro que los agoreros frustrados que pronosticaron entonces una muerte genérica y sin resurrección posible se equivocaron una vez más puesto que despertares y empujes libertarios hubo, con el paradigmático antecedente de las agitaciones sesentistas, en las "restauraciones democráticas" de los años 70 y 80 del siglo pasado. Una expresión no única pero sí propia de los años 70 fue, por ejemplo, la organización Resistencia Libertaria, de actuación básicamente clandestina aunque centrada en los núcleos sindicales más combativos; organización finalmente diezmada por la cruenta represión desatada por la dictadura militar. Ninguno de esos empujes, sin embargo, tuvo la fuerza y la extensión del actual; ahora con el detonante del levantamiento popular de diciembre de 2001 y de las interpretaciones teórico-ideoló gicas y los cursos de acción subsiguientes.


 

El sindicalismo burocrático, tradicionalmente anexo a la estructura y a la gestión del Estado desde los años 40 del siglo pasado, debilitado respecto a sus mejores momentos pero todavía poseedor de una implantación considerable en la sociedad argentina, no constituye un escenario precisamente alentador para las prácticas anarco-sindicalista s. No obstante, la vieja Federación Obrera Regional Argentina, desde sus modestas posibilidades actuales, reemprendió por enésima vez el ascenso de Sísifo. Consiguió recrear cuatro Sociedades de Resistencia -en Capital, Morón, Bahía Blanca y Mendoza- y denota un esfuerzo importante de seguimiento de los conflictos laborales de la Argentina de nuestros días. Se sabe también de un intento de organización de un sindicato gastronómico de clara orientación anarco-sindicalista en Buenos Aires pero nada podemos decir del mismo en este momento, aunque sí certificar su existencia fehaciente hasta muy poco tiempo atrás.


 

Mayor fuerza parece tener el empuje de los agrupamientos "especificistas" . Por un lado, la decana de las organizaciones específicas, la Federación Libertaria Argentina, mantiene actividades en Buenos Aires y Rosario así como reconoce la incorporación reciente de los grupos jóvenes Aprender de Trenque Lauquen y Bandera Negra de la propia Capital Federal. Junto a ella conviven las agrupaciones "plataformistas" , cuya conformación en el período más reciente se remonta a fines de los años 90. Originada en el Grupo Caín, la de actuación más estable es la Organización Socialista Libertaria, radicada originalmente en Buenos Aires y reforzada luego con la incorporación de la Organización Libertaria de Paraná. Una vida paralela ha tenido la hoy desaparecida Auca Socialismo Libertario de La Plata y a esta franja del espectro libertario se han integrado más recientemente la Organización Revolucionaria Anarquista, el Colectivo Comunista Libertario y Rojo y Negro Comunismo Libertario. Finalmente, en un registro aparentemente distinto al de la FLA y al de los núcleos "plataformistas" , se ubican nucleamientos como la Red Libertaria en Buenos Aires o el Movimiento Anarquista Libertario, con presencia en el Chaco y en Corrientes.


 

Como "informales" podríamos clasificar a una serie de grupos que responden a constantes ideológicas y prácticas propias de la agitación anarquista clásica y que han renunciado a ceñirse a un formato organizativo determinado. Entre ellos cabe mencionar al Grupo Anarquista Libertad, Anarquistas de Rosario, la Cruz Negra Anarquista de Buenos Aires, la Coordinación Anticarcelaria del Río de la Plata, el Ateneo Anarquista Ángela Fortunato, Anarquistas Autónomos Autoconvocados, Mariposas del Caos o la revista La Anarquía en el contexto más amplio de las Ediciones Insumisos.


 

En un espacio de actividad infaltable deberíamos agrupar ahora a editoriales, bibliotecas, centros de estudio, agencias y nodos informativos. Ha llegado el turno de presentar, por lo tanto, a la vieja Biblioteca Popular José Ingenieros, a la Biblioteca Alberto Ghiraldo, a la Biblioteca Alternativa Tilo Wenner y a la Biblioteca Popular Juventud Moderna de Mar del Plata. Y editoriales, claro, como el Colectivo Editorial Letra Libre o la colección Utopía Libertaria de Libros de Anarres. O verdaderos nodos en formato web que se encargan tanto de ediciones electrónicas como de una fecunda labor de difusión de informaciones y noticias: tal es el caso de Barricada Libertaria, Glóbulo Negro, Anarquía.org, En torno a la anarquía, Espadas y serpien77es y algunos otros que seguramente se nos escapan.


 

Con un impulso y una autonomía mayor que en otros tiempos es importante identificar hoy un espacio de actividad con perfiles propios: el de los grupos contraculturales, musicales, teatrales y de índole similar. Aquí encontraremos al Colectivo Anarkopunk de Buenos Aires, Punks Unidos de Córdoba, Anarkopunks en Lucha, Dekadencia Humana, Resistencia Anarkopunk de Rosario, Farsa Realidad, K-Gate Records, Matakarneros, Kamenish, Vitamina A, Kome Mierda/A.L.A. , Kolectivo Libertario Germinal de Mar del Plata, Resistencia Activa, La fuerza de los de abajo zine y Okupación en LaFe de la localidad de Laferrere. En una relación de proximidad con los anteriores, al menos en cuanto a la esencia contracultural de sus prédicas y sus prácticas, tal vez quepa situar a un par de grupos de actuación en el campo ecologista y de liberación animal: Tu libertad zine y la Agrupación de Ideas Libertarias de Entre Ríos; y también, ahora en la cuerda feminista, a Mujeres Libres de Buenos Aires.


 

Mientras tanto, designaremos de aquí en más como "autónomos" -aunque sea con las reservas del caso- a aquellos grupos a los que no hayamos podido ubicar en ninguna de las categorías ya reseñadas , y entonces habrá que mencionar a la Unión de Anarquistas Zona Oeste, la Organización de La Plata, Organización Anarquista de Córdoba, el Colectivo Anarquista Apoyo Mutuo de Córdoba, el Colectivo Anarquista Pensamiento y Acción de Rosario, Tambuinti Posta Komunitaria de La Rioja, Evolución Libertaria de 25 de mayo, Organización Libertaria de Chascomús, el Colectivo Autónomo de Humanidades de Mar del Plata, la Agrupación Germinal de Tandil, el Colectivo Judas de la Universidad de Buenos Aires, el Colectivo Sin Uniforme, Your Emotions, Mentes Precoces-Futuros Prósperos, Novae Libertatum, el Espacio Social y Libre Hormiguero Negro de Neuquén, la Organización Neuquina Antonio Soto, el Colectivo Tierra y Libertad de Río Negro, Ensamble Libertario de Neuquén, la Coordinadora Libertaria de Córdoba y la Okupación Centro Social de la misma ciudad.


 

Esta reseña sería incompleta si no redondeáramos la misma dejando constancia de la pertinaz existencia propia de La Protesta; una de las publicaciones anarquistas más antiguas del planeta y que a lo largo de su recorrido clásico estuvo fuertemente asociada a la FORA, de la cual fue durante décadas su órgano extra-oficial. Ahora sí tenemos un panorama que abarca buena parte de la geografía argentina, cubriendo por capilaridad localidades que quedaron fuera de los despertares libertarios de los años 70 y 80 e irrumpiendo con fuerza en diversos planos de actuación que no tienen por qué repelerse recíprocamente. Es evidente, además, que se trata, en la abrumadora mayoría de los casos, de nucleamientos jóvenes, que no responden a una deliberada tarea de proyección y socialización definida desde los focos tradicionales del movimiento anarquista y que sí representan la respuesta proteica y probablemente provisoria de las generaciones libertarias más recientes a las interrogantes de nuestro tiempo: una constante que habremos de encontrar en todos los países que nos quedan por delante y en la que ya no valdrá la pena insistir en cada una de las ocasiones que se nos presentarán de aquí en más.


 

1.2.- Bolivia


 

Bolivia sigue aproximadamente y con rasgos propios las pulsaciones del movimiento anarquista internacional. También allí hubo núcleos anarco-sindicalista s a principios del siglo XX, los que luego decantarían su impronta en la Federación Obrera Local, hacia los años 20 de la centuria, y una década después en la Federación Agraria Departamental. Esa influencia se diluye hacia los años 40 en la Central Obrera Boliviana; en la que, no obstante, nunca dejó de haber una cierta cultura libertarizante de sólido arraigo en el comunitarismo propio de los pueblos originarios andinos. Anarquistas fueron, por ejemplo, Víctor López y Líber Forti, secretario general y secretario cultural respectivamente de la Central Obrera Boliviana hasta principios de los muy próximos años 90. Pero, a nuestros actuales efectos, lo que interesa destacar es la nueva asociación establecida entre las posiciones anarquistas y los sucesivos levantamientos populares: entre los cuales, la llamada Guerra del Agua, librada en el valle de Cochabamba en abril del 2000, opera a modo de pila bautismal; y luego, la Guerra del Gas, dirimida sobre todo en El Alto y en La Paz, en octubre del 2003, que juega a modo de confirmación ya rotundamente anti-gubernamental.


 

Actualmente, en Bolivia se cuenta con una instancia de relacionamiento entre los grupos: la Coodinadora Libertaria, formada en el encuentro realizado en octubre del año 2004 en la localidad de Paukarpata. A diferencia de Argentina, el mapa libertario boliviano es considerablemente simple y se plasma a través de grupos de implantación básicamente regional: el Grupo de Apoyo a los Movimientos Sociales en Cochabamba, Combate en La Paz y El Alto, Acción Anarquista Quepus en Sucre, Quilombo Libertario e Infrarrojo en Santa Cruz y el Colectivo Libertario Gritos en Tarija. Asignándole pretensiones de alcance nacional y una perspectiva más pro-libertaria que propiamente anarquista, es necesario reconocer la formación de una Organización del Poder Popular Libertario. En un tono más burlón, intimista y provocativo cabe situar al Colectivo Inexistente, también de la ciudad de Cochabamba y fuertemente influido por el anarquismo ontológico de Hakim Bey. Con mayores repercusión e impacto a lo largo y a lo ancho de la geografía boliviana habrá que mencionar, por su parte, a Mujeres Creando; un grupo, obviamente feminista, de prolongada actuación. Más difícil resulta la ubicación de grupos aparentemente efímeros y de previsible reciclaje en otras instancias como el Movimiento Anarco Punk, la Tojpa Anarca , Kolectividad Libertaria, Acción Rebelde o Resistencia Anti-Estatal. Por último, como elemento atípico y del que no se ha encontrado símil alguno en el resto de los países, señalemos la existencia de la comunidad virtual Cristianismo Libertario.


 

1.3.- Brasil


 

La presencia anarquista en Brasil es también de larga data; desde aquellos lejanos tiempos en que Manuel de Mendonça y Fabio Luz encontraran en revueltos anaqueles algunos textos de Kropotkin o desde la llegada de Giovanni Rossi a Paraná para fundar la Colonia Cecilia. Rápidamente, aquellos tiempos pioneros se confundieron con los del anarco-sindicalismo y dieron lugar, en 1906, a la formación de la Confederación Obrera Brasilera. Los anarquistas fueron, en las dos primeras décadas del siglo XX, los principales animadores de la agitación social de la época, hasta que la confluencia de la represión, las expectativas generadas por la revolución rusa y luego la imposición de un sindicalismo estatal redujeran su influencia a una expresión virtualmente testimonial. Recluídos en archivos y centros de estudio, permanecen en la oscuridad por lo menos hasta la aparición en 1979 de la emblemática publicación O Inimigo do Rei, de la ciudad de Bahía. A la salida de la dictadura militar, ya en los años 80, se produce un florecimiento que asume perfiles anarco-sindicalista s hasta que éste ingresa en su fase conflictiva. Ese conflicto ideológico y organizativo está muy lejos de haberse superado, pero ello no impidió, desde la segunda mitad de los años 90 en adelante, la multiplicació n de los espacios de actividad libertaria hasta configurar el actual arcoiris.


 

De aquel intento de reorganizació n anarco-sindicalista de los años 80 del siglo pasado, persisten dos nucleamientos: la pro-Federació n Obrera de Río Grande do Sul y la pro-Federació n Obrera de San Pablo; relacionados ambos en el intento de recreación de la vieja COB. En paralelo con dichos núcleos, se reconoce también la existencia de sus expresiones "especificistas" : el Colectivo Libertario de San Pablo y la Federación Anarkista de Río Grande do Sul.


 

Pero es claro que éstos no son los únicos nucleamientos específicos que habremos de encontrar. Allí están, para demostrar lo contrario, la Federación Anarquista de Río de Janeiro y, en el más acotado registro "plataformista" , la Federación Anarquísta Gaúcha, la Federación Anarquista Cabocla, la Federación Anarquista Insurrección -también de Río de Janeiro-, el Comité pro Lucha Popular de Bahía (COMLUT), la Rede Libertaria da Baixada Santista y la Uniâo Popular Anarquista. Además, con las dificultades propias de un país de dimensiones continentales, se ha constituído también -básicamente a impulsos de la Federación Gaúcha- el llamado Forum del Anarquismo Organizado (FAO), el que concita expectativas y compromisos en núcleos de San Pablo, Porto Alegre, Bahía, Belém, San Luis, Maceió, Goiás y Macapá.


 

En Brasil se cubre también esa área de actividad que hemos delimitado en torno a centros de estudio, bibliotecas, editoriales, agencias y nodos informativos. Es así que encontramos a la Agencia de Noticias Anarquistas , el Centro de Contra-Informació n y Material Anarquista, la Biblioteca Social Fabio Luz de Río de Janeiro, el Centro de Cultura Libertaria Fabio Luz de Bahía, el Laboratorio de Estudios Libertarios, el Colectivo de Estudios Anarquistas Domingos Passos, el Centro de Cultura Terra Livre, el Núcleo de Sociabilidad Libertaria, el Archivo de Historia Social Edgar Rodrígues, la Asociación Cultural Quilombo Cecilia, Index Librorum Prohibitorum, el Círculo de Estudios Libertarios Ideal Peres y el Grupo de Estudios Babilonia.


 

Entre los grupos de acción contracultural hemos conseguido localizar a la Banda RHC, Batukaçao, Conspiraçao Anti-cultural Universidade Invisível, Detritozine, Evoluçao, Execradores, el Grupo Motim de Teatro, la Organizaçao Anarco Punk y la Unión Libertaria de Maranhâo. Sin demasiadas dificultades, podría inscribirse también en esta categoría al Colectivo Anarquista Brancaleone y las experiencias de somaterapia que promueve en diferentes ciudades de Brasil. Y, como ya lo hicimos en el caso argentino, inscribiremos aquí a dos grupos ecologistas -Colectivo Ambientalista Revolucionario Autónomo de Manaus y Movimiento Ambiental Revolucionario- así como a dos expresiones feministas -el Colectivo Lua de la ciudad de Fortaleza y el Grupo Anarco-Feminista Dandara. Sin perjuicio de lo que se ha señalado, estamos enteramente persuadidos que en este caso nuestra labor de relevamiento ni siquiera llega a ser mediocre y que es más que probable que los nucleamientos de acción contracultural distribuídos en la vasta geografía brasilera excedan con creces nuestros registros.


 

Finalmente, ubicamos ahora como "autónomos" a la Cruz Negra Anarquista de San Pablo, al Frente Anarquista de Organización Solidaria, al Colectivo Canto Libertario, al Colectivo de Resistencia Libertaria, al Colectivo Ruptura de Fortaleza, al Frente de Ação Libertária, a la Juventude Organizada com Ideais Anarquistas (JOIA) y a Bandera Negra de Bahía. Mientras tanto, nos han resultado inubicables algunos grupos registrados con anterioridad: Coletivo Acrático Proposta, Autonomía, Luta Libertaria, Núcleo de Propaganda Anarquista, Comunidade Mocambo de Recife, Grupo de Estudios Anarquistas de Piaui, Unión Libertaria de Poesía Ávida de Teresina, Núcleo AnarcoPunk de Aracajú, Unión Libertaria Activista de Manaus, Tranca-Rua y la Red de Divulgación Libertaria de Camboriu.


 

1.4.- Colombia


 

Con cierto rezago respecto a otros países de la región, también en Colombia hubo una reconocible influencia sindical libertaria en las primeras décadas del siglo XX. Algunos episodios destacan la misma con contornos más marcados, como la gran manifestación del 15 de mayo de 1916 en Bogotá -con cientos de detenidos y varios trabajadores muertos- o la huelga de obreros portuarios en Cartagena, en 1920. El movimiento colombiano acompañó en décadas posteriores el extendido declive de las prácticas anarco-sindicalista s y habrá que esperar hasta las décadas más recientes -excepción hecha de apariciones aisladas y de baja conexión recíproca- para encontrar algunas instancias de reanimación. Las mismas continúan en lo que va del siglo y ya cuentan con su propio tributo de dolor y de sangre: la muerte de Nicolás Neira, un adolescente de 15 años, fallecido el 7 de mayo de 2005 a consecuencia de la brutal golpiza recibida en las demostraciones del 1º de mayo inmediatamente anterior.


 

El actual panorama del movimiento anarquista en Colombia se define a partir de un conjunto de agrupaciones existentes en Bogotá, Cali y Medellín. Entre ellas, se identifica un activo Centro de Cultura Libertaria, la Cruz Negra Anarquista de Bogotá, Individu@s
Kolectiv@s de Cali, el Colectivo Gritos de Rabia de Medellín y el Colectivo El Horizontal; expresiones musicales contestatarias como el Colectivo Contracultura, el sello Persistencia Records y la banda Rechazo; la agencia de contra-informació n Anakaona Prensa Libre o grupos feministas como Isachishacta (Mujeres Libres) y Polikarpa y sus viciosas.


 

Aparentemente, no logró consolidarse el esfuerzo de construcción de una red de alcance estatal; esfuerzo encarnado en su momento por la Coordinadora Libertaria Banderas Negras. También aparece al menos como reducida la actividad del grupo Alas de Xue, que en algún momento constituyó la sección colombiana en calidad de Amigos de la AIT. Por último, no hemos podido contar con información actualizada del Movimiento Social Anarquista, de la banda punk Anomia o del fanzine Lo Ke Keda.


 

1.5.- Costa Rica


 

Tal como ocurriera en otros lugares de América Latina aunque siempre en relación con las condiciones de posibilidad y los ritmos propios de cada país, el anarquismo costarricense nace al influjo de la labor de trabajadores inmigrantes procedentes de España y de Italia, quienes se encargarán de dar forma a las primeras sociedades de socorro mutuo y también, ya en 1909, a una Sociedad Federal de Trabajadores de Costa Rica. En 1913, a instancias de algunos nucleamientos obreros y del activo Centro de Estudios Sociales Germinal, tendrá lugar por primera vez la celebración del 1º de mayo. En 1921, una importante huelga general convocada por la Confederación de Trabajadores de Costa Rica obtendrá importantes conquistas y, en su desarrollo, sabrá albergar también algunas prácticas de acción directa. Naturalmente, la influencia libertaria decae en los años subsiguientes, pero ello no impedirá que en los años 60 y 70 del siglo pasado se mantenga todavía una presencia lúcida a través de los periódicos El Sol y La Opinión; siempre al calor de los impulsos de José Néstor Mourelo, una presencia que se extenderá también en las décadas subsiguientes.


 

El despertar reciente, mientras tanto, ha visto el surgimiento más o menos rápido, en los pocos años del corriente siglo, de una serie de agrupamientos: el Colectivo Anarquista Libertad y Solidaridad, la Organización Resistencia Libertaria, la Organización Anarquista Comunista y su Centro de Estudios Germinal, el Colectivo Unión y Resistencia de Cartago, el Kolectivo Unión Ácrata en Lucha también de Cartago, el Colectivo Anarquista Puntarenas, las revistas Acracia y Vía Libre, el anarcosindicalista Grupo Solidario y la banda Manifiesto Ácrata.


 

En el fermental panorama costarricense parece haber lugar para cruzamientos más que interesantes entre las agrupaciones existentes. Cruzamientos que seguramente deben considerarse como tentativos, experimentales y quizás provisorios, pero que ya mismo pueden dar cuenta o insinuación de un envidiable clima de fraternidades y entendimientos que otros países de América Latina ya querrían para sí. Así, el Colectivo Anarquista Libertad y Solidaridad y la Organización Anarquista Comunista participan en conjunto de la Cruz Negra Anarquista mientras que el primero de los grupos mencionados y la Organización Resistencia Libertaria publicaron en común el periódico Inquietudes. Siendo así, no es extraño que ya se hayan editado los primeros tres números de La Libertad; publicación que, aparentemente, responde al esfuerzo conjunto de miembros pertenecientes a distintos nucleamientos y que hacen suya la invocación de una Federación Anarquista Costarricense.


 

1.6.- Cuba


 

La actual situación del movimiento anarquista en Cuba no permite establecer analogías con ningún otro país latinoamericano. No obstante, los tramos iniciales de su existencia se aproximan, con cierta demora y luego de la consabida fase formativa, con los del período anarco-sindicalista y se funden con el movimiento obrero de la isla caribeña; fundamentalmente a partir del gremio de los tabaqueros y de la actividad de difusión orientada por Enrique Roig San Martín. Sin perjuicio de esto, y dado el prolongado carácter colonial de Cuba, el anarquismo isleño también es sacudido por la guerra de independencia de fines del siglo XIX, sin por ello abandonar su vocación básica por la organización autónoma de clase. Con esa impronta es que se formará, en los años 20 del siglo pasado, la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC). La influencia libertaria sobre el movimiento obrero cubano comienza a mostrar luego signos de agotamiento bajo la dictadura de Gerardo Machado y su peso en la CNOC se reduce prácticamente de inmediato gracias a los servicios de la represión. El anarquismo cubano continuó su actuación a través de sus organizaciones "especificistas" y mantuvo también influencia sindical en ciertos sectores: gastronomía, transportes, construcción, plantas eléctricas, etc. Es sobre la base de esta arquitectura que participará con rasgos propios en los acontecimientos revolucionarios de los años 50. Sin embargo, su compromiso revolucionario -unido, obviamente, a las características libertarias del mismo- también se convertirá en una molestia para el gobierno encabezado por Fidel Castro. Una vez más, ahora bajo la coartada de la "construcción socialista" y las realidades mucho más crudas propias de un proceso de centralizació n de poder, los anarquistas cubanos deberán enfrentarse a la cárcel, el exilio o la muerte.


 

Es así que en 1961, bajo el imperio de dichas circunstancias, acaba formándose el Movimiento Libertario Cubano en el Exilio; el que, luego de una prolongada andadura y de la inevitable renovación generacional, acaba recreándose como Movimiento Libertario Cubano a secas. En los años más recientes, el MLC continúa siendo un agrupamiento del exilio, no obstante lo cual ha multiplicado sus pronunciamientos sobre diversos temas -cubanos en particular y latinoamericanos en general- así como sus contactos y respaldos internacionales. Entre los mismos cabe destacar la creación del Grupo de Apoyo a los Libertarios y Sindicalistas Independientes en Cuba (GALSIC), cuya conformación representó la respuesta orgánica de un llamado abierto suscrito por libertarios de distintos países. A pesar de estos movimientos propios del exilio, es poco lo que se sabe del interior de la isla. Distintas versiones insisten en sostener que existe un embrión de presencia libertaria entre los grupos contraculturales juveniles y es prácticamente seguro que ello esté dando lugar a un proceso lento y riesgoso de reconocimientos recíprocos que eventualmente podrían tender hacia alguna forma de expresión colectiva. Sin embargo, el hermetismo oficial y las dificultades comunicativas mantienen por ahora estas cosas en el terreno de las hipótesis.


 

1.7.- Chile


 

Se presume que se remontan a 1897 los primeros registros de una presencia anarquista de invocación expresa y colectivamente organizada en Chile, luego de un período formativo de influencia mutualista y tolstoiana. Es al calor de aquellas primeras publicaciones que irá produciéndose en los medios obreros un desplazamiento desde el mutualismo a las prácticas de resistencia. Los anarquistas chilenos aparecen consustanciados con grandes movimientos huelguísticos a principios de siglo: en 1903, en Valparaíso; en la Semana Roja de 1905 o en la tragedia de Santa María de Iquique, a finales de 1907. Luego, en setiembre de 1919, se funda la Federación Obrera de Chile, en cuyo seno se expresarán minoritariamente sectores libertarios, los que se agruparán sobre todo, apenas unos meses después, como sección local de los Industrial Workers of the World. Más tarde, en 1925, la IWW sufre una escisión de sus sindicatos más fuertes y dan lugar a la formación de la Federación Obrera Regional Chilena. En 1931, languideciendo ya la influencia anarco-sindicalista , fuertemente golpeada por la represión del régimen militar de Ibáñez, se constituye la Confederación General de Trabajadores; la que, a diferencia de su predecesora, opta por una organización de base regional antes que por las federaciones de industria características de la IWW. Con posterioridad a esta fecha, se mantiene en Chile una presencia atenuada y de baja organicidad pero real de todos modos. Una presencia que va acrecentándose en los tramos finales de la lucha contra la dictadura pinochetista hasta la actual situación de exuberante despertar; una situación de la cual seguramente su mejor emblema es la joven compañera Claudia López Benaiges, asesinada por los cuerpos represivos el 11 de setiembre de 1998.


 

Entre los actuales nucleamientos anarco-sindicalista s podemos ubicar a Solidaridad Obrera de Concepción, vinculado a la AIT, y al Grupo Anarquista Germinal, de la localidad de Penco.


 

Mayor desarrollo parecen tener los grupos "especificistas" : la Organización Comunista Libertaria, el Colectivo Agitación Libertaria de Arica, el Movimiento Libertario Joaquín Murieta de Temuco, el Frente de Estudiantes Libertarios y la revista Hombre y Sociedad. En principio, a falta de mayor información, estaríamos dispuestos a suponer que la orientación de tales nucleamientos se halla en casi todos los casos más próxima a las posiciones que hemos caracterizado como "plataformistas" que a las propias de las federaciones "de síntesis".


 

Mientras tanto, también encontramos en Chile algunos espacios que encajan perfectamente en la categoría correspondiente a aquellos grupos cuya naturaleza se define básicamente por el atesoramiento, la reproducción y la difusión de materiales formativos e informativos: el Instituto de Estudios Anarquistas, la Editorial Espíritu Libertario, la página web Anarquía.cl, el Colectivo Anticopyright y el Centro Social Anarquista Claudia López. Seguramente, aunque el colectivo en sí no tiene una definición propiamente anarquista, también deberíamos incluir aquí a los libertarios que forman parte del Colectivo Autónomo de Contrainformació n Hommodolars.


 

Una vez más, también en el caso chileno encontraremos que la categoría más nutrida es la de aquellos grupos de acción contracultural: la distribuidora y sello Desobediencia, las Ediciones DSOBDC, el fanzine Akción Direkta, el Kolectivo Anarco Punk en Lucha de Valparaíso, la banda Malgobierno, los también punks de Terapia Radial, la Orgánica Anarquista La Idea, el Colectivo Libertario Maldita Cruz, Intoxicación, Ruido Libertario de Copiapó, Ñuñoa Rebelde y Libertaria, Anarquía y una rosa, Bomber, Colectivo Proyecto Urbano Anarquista de Antofagasta, el zine Nuevo Extremo y la web Subversión. Tal como lo hemos hecho en otros casos, agruparemos también aquí a dos colectivos feministas: Mujeres Creativas y Amazonas al Choke.


 

En el plano de actuación propio de aquellos nucleamientos cuyo principal centro de interés está constituído por las instituciones específicamente represivas del Estado mencionaremos a los grupos antimilitaristas GOKE y Ni Casco ni Uniforme así como al grupo de prisioneros políticos Kamina Libre.


 

Por su parte, entre los grupos "autónomos", hemos conseguido relevar al menos los siguientes: Colectivo Esperanza Libertaria de la Comuna de Puente Alto, Bandera Negra de Santiago, Senda Libertaria de La Serena, Organización Libertaria ¡J@!, Coordinadora de Jóvenes Libertarios, Kolectivo de Acción Antifascista, Red Anarquista del Sur y Corriente Revolución Anarquista.


 

Finalmente, a diferencia del relevamiento anterior, no hemos podido constatar actividad actualizada del grupo feminista Las Clorindas, de la Coordinadora de Acción Libertaria Rizoma, del colectivo Zoociedad Anarkista y de los zines Nueva Era y La Otra Visión.


 

1.8.- Dominicana


 

No disponemos de información respecto a algún tipo de presencia anarquista en la historia dominicana. En el período clásico del anarco-sindicalismo , donde dicha presencia hubiera sido de esperar, República Dominicana sólo llegó a contar con débiles sindicatos artesanales circunscritos a la ciudad de Santo Domingo. Más tarde, en 1929, se forma una Confederación Dominicana del Trabajo que rápidamente quedó sometida a los designios de Rafael Trujillo y sólo muy penosamente logra atravesar la larga noche de su dictadura personal. En estos momentos, abocados a la esforzada tarea de arraigar las ideas y las prácticas anarquistas al quehacer social quisqueyano encontramos a la Cruz Negra Anarquista del país. Aparentemente, la misma se encuentra asociada -tal como lo encontramos repetidamente en otros países- a la escena anarco-punk; quizás una constante del período formativo de un movimiento anarquista en aquellos lugares en los que no ha habido tradiciones libertarias importantes ni agrupamientos que aseguraran un mínimo de continuidad.


 

1.9.- Ecuador


 

Las informaciones disponibles nos dicen que hacia los años 20 del siglo pasado se formó en Ecuador una Federación de Trabajadores Regional Ecuatoriana, de inspiración anarquista. En 1922, se embarcaron en una gran huelga ferroviaria, seguida de una feroz represión y del desmantelamiento de las organizaciones involucradas. Los libertarios respondieron conformando una federación específica: la Federación de Grupos Anarquistas Miguel Bakunin. Pero ni aun así fue posible eludir la acción represiva y muchos libertarios hubieron de marchar al exilio forzado en las Islas Galápagos. Durante décadas, el anarquismo quedó confinado a pequeños círculos intelectuales, vinculados con sus pares del exterior pero sin una incidencia social real. Entre quienes mantuvieron encendida la llama en los años más recientes y lo hicieron con encomiable perseverancia hasta el día de hoy, habrá que destacar aquí la convencida prédica del músico Jaime Guevara. Finalmente, las ideas y las prácticas libertarias comienzan a resurgir en los años 90: ésa es ya la historia del presente del anarquismo ecuatoriano.


 

El nodo vinculante del movimiento libertario en Ecuador es una coordinadora en torno a la cual gravitan núcleos e individualidades de Quito, Guayaquil, Riobamba y Ambato. En Quito encontramos al Colectivo Autónomo Reincidiendo por la Libertad, al Ateneo Libertario, a Productores Autónomos, a Hijas de Eva, a Generika, a Libres entre Rejas, a la Comuna Estudiantil Universitaria, al grupo insurreccionalista Miliciano Urbano, a La Libre, al AntiTaurino, a PFN, a Radio (A) y también -como no podía ser de otra manera- la presencia señera del siempre activo Jaime Guevara. En Guayaquil encontramos grupos básicamente contraculturales: la Koordinaria Libertaria Difundista, Resistencia Records, Demencia Extrema y Ruido de Odio. En Riobamba tenemos en solitario a los también contraculturales de Kriminalística y, finalmente, en Ambato, dos contactos de filiación punk unidos a la Coordinadora aparentemente en forma individual.


 

A los mencionados, habría que agregar otros espacios de actividad contracultural: Am-Necia, Bandera Negra de Guayaquil, Kontestatario Zine de Riobamba, Deconstruxión, La Resistencia Está En Tu Cabeza, Lasergrind Trading, Rebelión Disidente, Wanchaka Record, X.P.E.rimentar zine y el G.R.A. también de Guayaquil.


 

En líneas generales, la situación del movimiento anarquista ecuatoriano se corresponde bastante bien con algunas características de época, quizás circunstanciales pero seguramente significativas. Esto es así en cuanto se trata de un movimiento abrumadoramente juvenil, compuesto por grupos autónomos con diversos centros de interés, sin tradiciones fuertes a las que atribuir su origen y de expresión básicamente contracultural.


 

1.10.- El Salvador


 

El Salvador no parece contar con una tradición libertaria reconocible y nada nos dicen las investigaciones clásicas respecto a una presencia anarquista en el período de implantación y desarrollo del sindicalismo revolucionario. Es de señalar, sin embargo, que en 1914 se formó en este país centroamericano una Confederación de Obreros y bien puede sostenerse, al menos como hipótesis a confirmar o no por investigaciones más detalladas en tal sentido, que es probable haya habido en ella -así sea como reflejo tenue o como contagio de lo que ocurría en otros países latinoamericanos- algún germen de práctica social libertaria. En nuestros días se destaca la presencia del Movimiento Anarquista Salvadoreño/Cé lula de Liberación Animal, de orientación anarco-vegana con las características propias de dicha corriente de surgimiento reciente y del que información fragmentaria permite suponer su participación en algunas instancias recientes de agitación social.


 

1.11.- Guatemala


 

Tampoco Guatemala cuenta con una tradición anarquista importante. De todos modos, no falta algún estudio clásico que reconoce la existencia de una fracción libertaria en el seno de la Confederación Guatemalteca de Trabajadores, fundada en 1944; algo que también queda sujeto a estudios más detenidos que no estamos en condiciones de ofrecer ahora. En la actualidad podemos encontrar a la Brigada Antifascista del Centro; la que, como dato especialmente interesante, se encarga entre otras cosas de la distribución de fanzines guatemaltecos (Kaos Koherente, Desadaptados y Luchando desde Hoy), salvadoreños (Rechazzo social) y costarricenses (Grito de Alerta). Este solo hecho es especialmente significativo por cuanto estaría dando a entender una cierta circulación de materiales entre grupos juveniles contraculturales de la región centroamericana.


 

1.12.- México


 

La historia del movimiento anarquista mexicano es una de las más ricas y variadas del continente; no sólo por la reconocible gravitación demográfica de las comunidades indígenas -rasgo compartido aproximadamente en el mismo grado por Perú, Bolivia y Guatemala- sino también por la perdurable influencia de la agitación revolucionaria que ganó al país durante el bienio 1910-1911. Surgido tempranamente, ya en 1868 vio el surgimiento del grupo La Social, animado por Plotino Rhodakanaty y sus secuaces, los cuales dejaron una profunda huella inspiradora en los movimientos agrario y obrero del país. Puede decirse que, al igual que en otras partes, ese primer período se movió bajo un signo mutualista y proudhoniano; el que, inmediatamente da paso a los que serían los primeros brotes de tipo anarco-sindicalista y sus características sociedades de resistencia unidas a los infaltables ateneos y bibliotecas. Es así que, el 5 de marzo de 1876 se reúne el primer Congreso General Obrero de la República Mexicana. Paralelamente, las ideas anarquistas van adquiriendo también carta de ciudadanía en la intensa agitación agraria mexicana y el anarquista Francisco Zalacosta será el principal animador en la creación del Gran Comité Central Comunero; el que, sin demasiados preámbulos, se aboca de inmediato a la preparación de una revolución campesina. Para entonces, México vivía ya bajo el interminable porfiriato y, por supuesto, la represión contra la agitación anarquista no se hace esperar ni se expresará con demasiadas delicadezas. Abreviando groseramente las cosas podemos decir que ésa fue la tónica de las décadas siguientes, hasta la creación, a principios del siglo XX, del Partido Liberal Mexicano; el que, más allá de su denominación y de su origen, se transformará, en menos que canta un gallo y bajo el influjo de los hermanos Flores Magón, en un nucleamiento anarquista insurreccional "con todas las de la ley". Será en el círculo "magonista" que germinarán las prácticas orientadas a darle a la revolución mexicana de 1910 un claro cariz libertario: la emancipación de los trabajadores, la expropiación de la tierra, la colectivizació n de todos los medios de producción y el rechazo a que todo ello fuera absorbido y mediatizado por un nuevo gobierno. Mientras tanto, en 1912, se funda la Casa del Obrero Mundial, como expresión anarco-sindicalista propiamente dicha. La influencia libertaria se canalizará más tarde en la Confederación General de Trabajadores, fundada en 1921, hasta que, hacia 1930, la misma comienza a declinar, como ya había ocurrido en la mayor parte de América Latina. No obstante, los anarquistas encuentran la forma de manifestarse socialmente en los años 40 y también, desde 1941, a través de la Asociación Mexicana del Trabajo y de la Federación Anarquista Mexicana, cuya existencia llega hasta los años 70. Por último, ya en los años 80 y 90, nos toparemos con la combativa presencia de la Federación Anarquista Amor y Rabia, que en algún momento agrupó también a militantes de Estados Unidos y Canadá. Sin descuidar la mención, por cierto, de la presencia sindical anarquista que se expresa a través del Frente Auténtico del Trabajo.


 

En la actualidad, en cuanto a lo que serían las formas de expresión más tradicionales, encontramos en México una agrupación específica que se reclama a sí misma como anarco-sindicalista ; la Organización de Propaganda Sindical Revolucionaria Mártires de Cananea. Y también un núcleo "especificista" de claro perfil "plataformista" : la Alianza Comunista Libertaria.


 

En un renglón distinto corresponde ubicar al emprendimiento de software libre Base|espora. org, a la Cooperativa Libertaria Cultura Libre y a la Agencia Akrata Press; la cual resulta de la fusión de La Rosa Negra, Infoycaos, Resistencia Global Press y Murphy Doom. Sin olvidar, por supuesto, a dos espacios de larga y continuada actuación: la Biblioteca Social Reconstruir y Ediciones Antorcha.


 

Entre los grupos "autónomos" cabe mencionar al Colectivo Autónomo Magonista (CAMA) -el que, a su vez, participa en la Alianza Magonista Zapatista y activa el Centro Social Libertario Ricardo Flores Magón- al Colectivo Autogestivo de la Protesta a la Resistencia, a Hijos del Pueblo, a Caravana Libertaria Carlo Giuliani, al Colectivo Media Luna Negra Anarquista y a la Coordinadora Apoyo Mutuo de Monterrey.


 

Como no podía ser de otra manera, existe también una constelación de grupos contraculturales, preferentemente ubicados en el espectro anarco-punk: Colectivo Anarko Punk Aktitud y Lucha, Estoiko/Filibuster Distro, Colectivo Jugo Gástrico de San Luís Potosí, No Mientras Vivamos, R.I.V.A.L., Rockultura de Chiapas, Fallas del Sistema, Juventud Antiautoritaria Revolucionaria, Movimiento Social Lucha Libertaria de Nuevo León, Kolectivo Libertario Anti-Todo de Morelos y Chiapas, Oveja negra y su distribuidora Estajanovismo records y Bebe y Lucha de Guadalajara. En el espacio contracultural, pero en un ámbito más definido de actuación, se puede incluir también a los anarquistas que actúan dentro del grupo ecologista Sonora Earth First.


 

No falta en México tampoco la rama local de la Cruz Negra Anarquista; la que, entre otros núcleos, recibe el respaldo del Grupo Libertad. Pero lo más significativo y propio está constituído por agrupaciones cuyo ámbito de actuación son las comunidades indígenas como es el caso del Consejo Indígena Popular de Oaxaca Ricardo Flores Magón y Organizaciones Indias por los Derechos Humanos de Oaxaca; las que, sin ser propiamente anarquistas en el sentido restringido del término, reciben una inequívoca influencia de las ideas y las prácticas libertarias.


 

Al no contar con información suficiente, hemos renunciado a clasificar al Colectivo Nogales -grupo que trabaja sobre los problemas de la región fronteriza con Estados Unidos- y a Marcha al Norte. Asimismo, no pudimos recabar datos actuales de una serie de grupos activos hasta hace poco tiempo atrás: Colectivo Cambio Radical, Subversiv@s, Stress, Uno Menos, ADIXION e-zine, DICIDENCIA - zine, Resistencia, EskiZofréNikO ParAnóicO zine, La Página Libertaria, Radio Kehuelga, Radio Sublevarte, Revolución Organizada Basada en la Anarquía, Colectividades contra la globalización, Cos@ Nostr@ y la Biblioteca de Crítica y Alternativas Radicales. En líneas generales, dadas las dimensiones del país y la diversidad de realidades regionales no estrictamente equiparables estamos enteramente persuadidos que nuestra reseña sobre el panorama libertario mexicano es un reflejo extraordinariamente pobre de una escena rica y compleja que la desborda ampliamente; algo que -lo sospechamos firmemente- repite lo que ya habíamos afrontado en el caso de Brasil.


 

1.13.- Panamá


 

En 1905, George Davis, gobernador estadounidense de la Zona del Canal de Panamá, tuvo por divisa la no contratación de anarquistas en las obras de construcción. Ni eso ni la ley 72 que prohibía el ingreso de anarquistas al país pudieron evitar la conformación de núcleos anarcosindicalistas ; protagonistas de monta en los movimientos huelguísticos de 1907 y 1925 y también participantes de primera línea en la formación del Sindicato General de Trabajadores. Como en tantas otras partes, esas historias desaparecieron de la vida política panameña y quedaron alojadas luego sólo en los rincones de la memoria. Según algunas crónicas, vuelve a haber anarquistas en Panamá desde fines de los años 80 en adelante y hoy los caminos de reincorporació n de prácticas libertarias tienen lugar en una activa escena contracultural, integrada por grupos como Los Ramiros, PHB, Caras de Hambre, Conspiración Piromaníaca, Los Tímidos, Libertad Perdida, Capitán Ponche, Calibre 57, Los Rajuelas, No hay día….en mi provincia, Chiriquí, Arroz Kon Poroto, Tío Patata, Los de Raquel, Los Hijos del Maltrato y Emphyzema. No sería de extrañar, tal como ya ha sucedido en otros países latinoamericanos, que ese nutrido escenario juvenil vaya adquiriendo paulatina o bruscamente perfiles y formas de actuación que desborden las características exclusivamente expresivas que ha asumido hasta el momento.


 

1.14.- Paraguay


 

La historia del anarquismo paraguayo no debió tener comienzo más bello que el que supo darle a través de su pluma la sensibilidad entrañable de Rafael Barrett, relatando en frases desgarradoras la realidad del trabajo esclavo en los yerbatales del país. No obstante, no puede olvidarse que algunos años antes, Asunción fue uno de los puntos que tocó el itinerante anarquista italiano Pietro Gori, quien en 1901 pronunció una serie de conferencias y colaboró en la formación del Sindicato de Albañiles, entre otros antecedentes dignos de igual destaque. El punto orgánico de inflexión puede situarse en abril de 1906; momento en el que tiene lugar la formación de la Federación Obrera Regional Paraguaya, de inspiración anarco-sindicalista y replicación del conocido modelo argentino. Pero, como ha ocurrido aproximadamente en el resto de los casos, también aquel añejo sindicalismo paraguayo -combativo, intransigente y de acción directa- va perdiendo fuerza y gravitación social a expensas de sus variantes conciliadoras. Aun así, la decadencia de la FORP es sucedida por la creación del Centro Obrero Regional Paraguayo; el que, en calidad de tal, llega a formar parte del esfuerzo fundacional de la Asociación Continental Americana de Trabajadores, perdiéndose luego todo rastro de influencia libertaria de cierta repercusión. Actualmente, inclinados al esfuerzo de reimplantació n libertaria, encontramos a la página Bandera Negra -dedicada durante años a una interesante tarea de difusión ideológica pero abocada actualmente a promover un foro de debate- y al grupo contracultural Diatriba, vinculado fundamentalmente al apoyo de grupos similares y a la edición de una publicación con artículos de crítica política, social y cultural.


 

1.15.- Perú


 

En el Perú, como en otras partes, la historia del viejo movimiento anarquista se funde y confunde con la historia del movimiento obrero; al menos desde el momento en que las ideas libertarias pasan a ser las de mayor predicamento en la Confederación de Artesanos Unión Universal, que existía desde 1884. Fueron libertarios, por ejemplo, los orientadores de la primera huelga significativa declarada en Lima en 1904 y se dice que el mismísimo Víctor Raúl Haya de la Torre concurría a la biblioteca de un centro anarquista. A la notoria influencia sindical se unirá también la que ejercía en el plano intelectual el escritor Manuel González Prada, procedente de la clase alta limeña -su apelativo completo fue José Manuel de los Reyes Gonzáles de Prada y Ulloa- y cuyo nombre fue el de un importante Centro de Estudios Sociales tanto como el de las Universidades Populares en las que colaborarán los anarquistas. En julio de 1919 se funda la Federación Obrera Regional Peruana, de implantación básicamente centrada en la ciudad capital y con escasa incidencia entre el importante campesinado de origen indígena. La FORP sigue el mismo recorrido que ya hemos visto reiteradamente, debiendo los anarquistas compartir su influencia con la de los comunistas y los seguidores de Haya de la Torre y ya en 1926 las tres corrientes dan lugar a la formación de la Confederación General de Trabajadores. La influencia libertaria va diluyéndose con el correr del tiempo y el anarco-sindicalismo deja paso a la formación de una Federación Anarquista Peruana que existió hasta los años 60. Más adelante, se dejará sentir alguna influencia en las experiencias autogestionarias habidas durante la presidencia de Velazco Alvarado. Por último, ya en los años 80 y 90, comenzará a plantearse el presente despertar, fundamentalmente a partir de grupos de acción contracultural.


 

Actualmente, podemos encontrar en Perú un nucleamiento "especificista" de orientación "plataformista" : Qhispikay Llaqta , continuador del colectivo Estrella Negra. Se cuenta también con algunos grupos de los que hemos denominado "autónomos": el Grupo Anarquista La Protesta, el Colectivo Arteria Libertaria, el Colectivo Autónomo Yacta Runa y el Colectivo Minoría Activa de Arequipa. Más nutridas parecen las filas contraculturales, con expresiones tales como las del Centro Social Anarkopunk, Resistencia anarcopunk, Kolectivo Anarkopunk Jóvenes en Pie de Lucha de Tacna, la banda Asteroides 500. mg, Axión Anarkopunk y su banda Generación Perdida, Autonomía, Feria Libertaria Kallejera y Hombres y Mujeres en Nuestra LuchAnarquista. Hasta hace un tiempo existían también la Revista Invasión Ácrata, Kontesta Editores, la Koordinadora Libertaria y Barricada zine, sin que hayamos tenido la ocasión ahora de confirmar sus actividades en tiempo presente pero sin que esto signifique prueba alguna de su extinción. Tal como ha ocurrido en otros países, también en Perú nos acompaña la sensación de que el panorama libertario es más rico y fermental que el que podemos describir y presentar con nuestros pobres recursos informativos.


 

1.16.- Puerto Rico


 

Los estudios sistemáticos sobre la historia del anarquismo en Puerto Rico nos son desconocidos. No obstante, sí es posible encontrarse con relatos que nos dan noticias al menos fragmentarias de una presencia libertaria directa o lateral inequívoca. Sabemos, por ejemplo, de las relaciones entre el patriota puertorriqueñ o Ramón Emeterio Betances y el anarquista Michele Angiolillo; compinches inesperados en el magnicidio de Cánovas del Castillo, sustanciado en 1897. Sabemos también que, diez años después, hubo importantes huelgas agrícolas en Arecibo -ciudad puerto que, como tal, acogió el consabido trasiego de ideas libertarias- a través de la vida emblemática de Luisa Capetillo; una adelantada del feminismo libertario en las primeras décadas del siglo XX. Por su parte, Ángel Cappelletti señala que en Puerto Rico, a diferencia de la mayor parte de los paises latinoamericanos, la influencia se dio más entre literatos y poetas ubicados en los irreverentes márgenes de la cultura oficial que en el movimiento obrero propiamente dicho.


 

En la actualidad, el espectro libertario puertorriqueñ o se expresa fundamentalmente en el espacio contracultural a través del grupo Cojoba y su Anaconda Records; de Desintegrados, que simultáneamente activa la Cruz Negra Anarquista; de Entre Barrotes y su Puerto Rico Hardcore E-zine; de la página La Barba de Bakunin; y de los zines Dispositivo Alteración Mental y La cuestión social. En cambio, no existen noticias recientes de un Kolectivo de Alternativa Libertaria, que en su momento fue el producto de la migración teórico-práctica de un grupo marxista de tendencias nacionalistas.


 

1.17.- Uruguay


 

El movimiento anarquista uruguayo siguió, en los primeros tramos de su peripecia, el ritmo de su similar argentino. En ese especial cánon a dos voces da lugar, en 1905, a la formación de la Federación Obrera Regional Uruguaya; claramente mayoritaria en el movimiento obrero del país durante las primeras dos décadas del siglo XX. La revolución rusa producirá luego el consabido cimbronazo y la FORU acabará escindiéndose para abrirle paso a la Unión Sindical Uruguaya; reflejando así una problemática aproximadamente igual a la argentina. En los años 20 hubo una Federación Anarquista uruguaya que aglutinó a los grupos específicos de la época, pero la misma resultó tener escaso suceso y breve duración. Más perdurable fue la influencia de las Juventudes Libertarias, creadas en 1938. Es de su labor continuada, junto a la del periódico Voluntad y a la del Ateneo Libre de los barrios obreros del Cerro y La Teja en Montevideo así como de la presencia paralela de un sindicalismo autónomo y de acción directa durante los años 40 y 50, que se generarán las condiciones para la formación de una nueva Federación Anarquista Uruguaya en el año 1956. Dicha Federación se escinde a su vez en 1963 como consecuencia de diferencias insalvables en torno a la interpretació n de la revolución cubana y de sus derivaciones. Sin perjuicio de lo que esta división representó en términos de debilitamiento inmediato, lo cierto es que las fracciones que compusieron en su momento la Federación mantuvieron y desarrollaron sus espacios de actividad. No obstante esta afirmación, fue el segmento que continuó actuando como FAU el que obtuvo mayor resonancia en su actuación, fundamentalmente a partir de sus bases sindicales y de la creación de un aparato pensado para la ejecución de acciones de guerrilla urbana. La repercusión estrictamente libertaria de la FAU, sin embargo, se vio sensiblemente atenuada por la adopción de posiciones que implicaron un acercamiento o una "síntesis" con cierto marxismo revolucionario y heterodoxo. El resultado fue la creación del Partido por la Victoria del Pueblo en 1975; partido que, luego de la feroz represión sufrida en 1976, acaba adoptando un año después, en un encuentro en el exilio realizado en París, una definición estrictamente marxista. De tal modo, ya en plena dictadura militar, la presencia anarquista quedó limitada a pequeños grupos clandestinos y en el exilio que emprendieron la larga marcha de recreación de una organización específica. Finalmente, luego de la "restauración democrática", en 1986, acaba constituyéndose una nueva Federación Anarquista Uruguaya; la que a diferencia de su predecesora, no conseguirá abarcar ahora a la mayoría de las expresiones libertarias existentes en el país.


 

Actualmente existen tres espacios de actividad de larga data que, de un modo o de otro, remiten a las expresiones libertarias que dieron lugar a la FAU de 1956: la mencionada Federación Anarquista Uruguaya, la Comunidad del Sur y el Grupo de Estudio y Acción Libertaria (GEAL). De acuerdo a nuestros criterios clasificatorios, la FAU debería ser considerada como un nucleamiento "plataformista" . La Comunidad del Sur, mientras tanto, está planteada desde su formación en 1955 como una experiencia integral de vida según pautas libertarias que conoció los altibajos propios de una exigencia de esa naturaleza, pero también desarrolló una prolongada actividad editorial que en la actualidad se manifiesta a través de Nordan. El GEAL, por su parte, tiene su principal eje de actuación en torno a la Biblioteca Luce Fabbri; la que seguramente se cuenta entre los principales centros de documentación del continente.


 

"Especificistas" en la acepción "plataformista" del término son también la Organización Libertaria Cimarrón, la Federación Libertaria y el grupo Bandera Negra; todos ellos de composición básicamente juvenil y de conformación relativamente reciente. Como "autónomos" respecto a las concepciones más tradicionales cabría clasificar al Taller Anarquista -partícipe en el Ateneo Heber Nieto, en la revista Alter y en la distribuidora Gato Negro- a Bisagra, a Hijos del Estado y a Santabárbara. Entre los "informales" probablemente quepa incluir a la Biblioteca Anarquista del Cerro y el Ateneo Anarquista de Villa Española, ambos vinculados a la Cruz Negra local y en relación de empatía con la ya mencionada Coordinadora Anticarcelaria del Río de la Plata. Finalmente, entre los grupos contraculturales es del caso mencionar a Apátridas del departamento de Canelones y Rebelión Animal de Maldonado. El listado sería incompleto si, por último, no mencionáramos también la clara influencia libertaria presente en el grupo feminista Las Decidoras.


 

Asimismo, resulta auspicioso que el movimiento anarquista uruguayo haya limado buena parte de las rispideces del pasado y habilite actualmente espacios de actuación conjunta; quizás débiles si se los observa desde un grado máximo de exigencia pero promisorios si se los mira desde una perspectiva histórica. En el año 2003 se realizó un encuentro general en el que participó todo aquel que quiso hacerlo. Y en el año 2006 se constituyó una coordinadora cuya finalidad puntual fue la realización de eventos comunes conmemorativos del 70º aniversario de la revolución española; coordinadora que continuó actuando luego de esas fechas y que, aparentemente, tendería a estabilizar su funcionamiento como tal. Es de señalar, no obstante, que dicha coordinadora no incluye a todos los nucleamientos puesto que, por diferentes razones, algunos grupos se mantuvieron al margen. En contrapartida, la misma habilita también la participación de militantes a título individual.


 

1.18.- Venezuela


 

Pocos o ninguno de los países latinoamericanos sintió tanto como Venezuela -desde el punto de vista de las oportunidades para la emergencia de organizaciones populares autónomas- la nefasta influencia de los regímenes militares; un rasgo del que no carecieron la mayoría de los demás, pero que en el caso venezolano alcanza niveles de exageración. La cooptación estatal llegaba a tal punto y la sujeción a tal extremo que, en agosto de 1922, el llamado Decano de la Confederación de Obreros y Artesanos del Distrito Federal homenajea con una medalla al dictador Juan Vicente Gómez. No obstante este sombrío panorama el mismo no impidió la circulación de ideas libertarias, ya sea en forma directa a través de sus militantes definidos y convencidos como tales, ya indirectamente y en hilachas por intermedio de algunos pensadores venezolanos de avanzada. Es así que pueden rastrearse desde fines de la segunda década del siglo XX formas incipientes de prácticas sindicales anarquistas a través de emigrantes españoles en Caracas o de italianos en Yaracuy, Puerto Cabello y Barquisimeto. En la década de los 20, se hace sentir también en las explotaciones petroleras del Zulia la influencia anarco-sindicalista de trabajadores guatemaltecos y nicaragüenses imbuídos de las ideas de los IWW. Luego de ese período, la presencia anarquista es absorbida fundamentalmente por el Partido Comunista y Acción Democrática hasta el comienzo de las actividades recientes, ya en los años 90 del siglo pasado.


 

Actualmente, el anarquismo venezolano se expresa fundamentalmente a través de un conjunto de grupos "autónomos"; el más estable y activo de los cuales resulta ser la Comisión de Relaciones Anarquistas, que edita El Libertario -ya con casi 50 ediciones a cuestas- y mantiene un Centro de Estudios Sociales Libertarios, oficiando a su vez como elemento de conexión entre los restantes nucleamientos. En las proximidades del mismo destaca también la existencia de la Cruz Negra Anarquista de Venezuela y Náufrago de Ítaca. Una más que interesante y esforzada actividad realiza La Libertaria, en la apartada localidad de Biscucuy. Asimismo, hay que mencionar también el ciberactivismo de Despierta Transmite en la ciudad de Valencia y el proyecto radiofónico Utopácrata de la Comunidad de P.A.Z. -Proyecto anarquista Zanjar- de Mérida.


 

Más absorbidos por la acción contracultural propiamente dicha aparecen las banda Apatía No, Doña Maldad de Maracaibo, Los dólares, Los Residuos de San Cristóbal y las distribuidoras Deskontento, Repudio, Siempre Rebelde, Noseke Records y la Columna Insurreccionalista de Payasos Anarquistas. El listado sería incompleto si no mencionáramos ahora a Amantes del Ruido, Grito de Resistencia Animal y Colectivo Herencia Verde de Barquisimeto, al Colectivo Resistencia Activa de Falcón así como a Unidad Autónoma Libertaria y Perdida la Confianza de Maracay.

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